jueves, 12 de julio de 2007

EL SEMÁFORO CERRADO

La mujer del semáforo cerrado,
la oscura mujer oscura, la mujer
de los periódicos por siempre suyos
vendiendo sus días, su juventud.
Sus lágrimas corren por el asfalto,
donde no hay cama, ni mesa, ni hijos;
derrama sus ojos en el silencio
del estrépito loco de motores.
La oscura mujer oscura, la mujer
del semáforo cerrado, espera
que se ponga la luz verde para ella,
siempre apagada, siempre oscura,
como ella, siempre y desde siempre.
No hay quien le mire ni quien le hable,
tan sólo motores encadenados
que le dejan el aire corrompido
de un pozo profundo sin salida.
No hay palabras ni encuentros, sólo
las horas que esperan en el asfalto,
siempre suyas, bajo el sol y la lluvia.
Siempre suyos los periódicos, siempre.
No hay saludos ni sonrisas, sólo
la estela ciega y sorda de motores,
y un oscuro semáforo cerrado.



(De “Parajes del Silencio”, publicado en la Colección de poesía
Wallada, nº 3, del grupo literario ALAS. Málaga, 2002. Depósito
Legal: MA 98-2002)

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